
Las lejanías son buenas cómplices del olvido. En realidad la ausencia viene a ser una muerte pequeña. Una de esas muertes que apenas deja huella y acaban por estancarse en la mente el modo de una tumba. Había tantas muertes a lo largo de la vida. Envejecer, cambiar los hábitos, dejar de soñar, renunciar, perder contactos que consideramos esenciales .El secreto consistía en no dejarse vencer, en mantener la lucha y callar. Eso quizas era lo esencial.No caer en la tentación de explicar a nadie esas muertes en miniatura que se cruzaban en el camino.Hablar sobre ellas agrandarlas, darles cuerpo y convertirlas en algo demasiado vigente para ser olvidado.