martes, 11 de septiembre de 2007

ENAMORARSE


En unas de las incursiones por los numerosos recovecos de la noche, le conocí y únicamente al verle me quedé prendada. Ahora no dejo de pensar en él, hay escenas y minutos que marcan de lleno una vida. En medio segundo tu existencia da un giro de 180 grados, tus principios, valores, lo que pensabas y sentías está patas arriba. Y una vez que ha pasado esto tienes dos opciones: aceptar lo vivido como intensamente propio e inevitable, o desecharlo, apartar esa maravilla que estas experimentando. Negarte la posible felicidad, el disfrute de lo acontecido, no planear ningún presente próximo, ni nada a corto plazo que desestabilice la seguridad que hasta ahora habías construido. No dar un solo paso que desencadene lo que estás deseando internamente e intensamente que suceda, que llegue ese terremoto con toda su incertidumbre, su nula certeza pero con su anunciada y ansiada felicidad o con preludio de ella. Siempre habías deseado y buscado la estabilidad que tienes pero de la que no disfrutas. Tanta tranquilidad, los pocos sobresaltos, el aburrimiento, lo cotidiano, la rutina y la inexistente sorpresa desdibujan un poco la idea que tenias sobre la estabilidad sentimental. La abulia, la quietud y la tristeza tiñen la ilusión de un color que ensombrece la dicha y las ganas, las bocanadas de vida son mucho mayores desde que conociste SU MIRADA.