sábado, 22 de septiembre de 2007

HACER SOMBRA




Instalada en la mediocridad me siento más segura. Nada es apasionante pero tampoco peligroso. No voy a sacar la cabeza para que no me decapiten, para que no la sirvan en bandeja en cuanto el más típico de los mediocres se sienta amenazado. Cuando aprendes esto y ya te ha acontecido sabes que es lo más seguro.A algunos les puede parecer de cobardes. No habrán vivido el vacio o nunca les habran ninguneado hasta el punto de la humillación. Te adaptas a la media y entonces nadie se siente amenazado eres uno de los suyos, no destacas por nada, no le haces sombra, supuestamente no eres más listo que él, aunque cuando el "viene con los huevos tu ya traigas la tortilla". Adivinas sus intenciones, las que alberga, las que no muestra, las que esconde y normalmente no son nada positivas. Te alegras de que el piense que no te enteras, de que ya le has dado jaque mate aún antes de que ni siquiera se inicie la partida. Maldices a su especie esa que desgraciadamente no está en vias de extinción.


La envidia es algo terrible y perjudicial para quienes envidian, no para los envidiados. Daña, sobre todo, a aquéllos y los destruye como un veneno destilado en su alma”. “El envidioso se va a revelar gozando con las desgracias ajenas”, la envidia es un mal y es dolorosa al alma. Hay un vínculo estrecho entre el dolor, el mal y la ignorancia . La ignorancia, como se reconoce habitualmente, es un mal que conduce a engaño. La envidia, entonces, parece ser un resultado de la ignorancia, por lo que el envidioso vive bajo el engaño.


La envidia se tapa la cara con la risa burlona, aunque el alma se duele.La envidia puede consistir también en la alegría frente a un mal ajeno, es el resultado de una mirada torcida.


No se envidia lo que posee el envidiado, sino la imagen que el envidiado proyecta como poseedor del bien. La envidia revela una deficiencia de la persona que la experimenta. La tristeza del envidioso no está provocada por una pérdida, sino por un fracaso, por no haber conseguido. Es una relación de odio. Odio al envidiado por no poder ser como él. Odio también a sí mismo por ser como es. La envidia está muy relacionada con los celos, pero éstos implican una relación triangular –sujeto, objeto y rival-, mientras que la envidia es dual” El envidioso recela del otro porque, a su juicio, le opaca y le hace sombra.

2 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Gracias por tu comentario en mi blog; él solito ya merece todo un pot para él. Muy bueno.
Por cierto, tienes un blog maravilloso. Cuenta conmigo a partir de hoy.

Isabela dijo...

que tal tu explicaion, me gusto como lo pleantaste, a lo principio del escrito es verdad es buena tecnica, te dejas subestimar para tener más ventaja?

bueno te dejo ahi ke dormir


chao
cuidate